Pese a su discurso antiinmigrante y su promesa de realizar la “mayor deportación en la historia de Estados Unidos”, la administración de Donald Trump (2017-2021) no alcanzó las cifras de expulsiones de migrantes registradas en gobiernos anteriores. De acuerdo con datos oficiales, Trump deportó 3.1 millones de personas durante su mandato, una cantidad significativamente menor en comparación con los 5.3 millones de migrantes que fueron removidos del país durante los dos periodos de Barack Obama (2009-2017).
Incluso en su primer periodo, Obama logró más deportaciones que Trump en cuatro años, lo que contradice la percepción generalizada de que la administración republicana aplicó medidas más drásticas en este sentido. Si bien Trump implementó políticas como el programa “Permanecer en México” y la activación del Título 42 para expulsar rápidamente a migrantes en la frontera debido a la pandemia de COVID-19, estas medidas no aumentaron las cifras de deportación en comparación con periodos anteriores.
Factores que redujeron las deportaciones bajo Trump
Especialistas en política migratoria explican que uno de los factores clave en la reducción de deportaciones durante el gobierno de Trump fue la reorientación de los esfuerzos hacia la disuasión y el cierre de fronteras en lugar de la expulsión masiva de personas ya establecidas en el país. Medidas como la separación de familias en la frontera, la eliminación de programas de ayuda a migrantes y las restricciones al asilo generaron temor y disminuyeron los cruces ilegales, pero no necesariamente aumentaron las deportaciones formales.
Otro factor determinante fue la pandemia de COVID-19, que paralizó muchas actividades en 2020 y limitó la capacidad del gobierno para procesar y ejecutar órdenes de expulsión. Además, la implementación del Título 42 permitió expulsar a los migrantes sin necesidad de llevar a cabo un proceso formal de deportación, lo que afectó las cifras oficiales.
El papel de la migración en las elecciones de 2024
El tema migratorio sigue siendo central en la política estadounidense, especialmente de cara a las elecciones de noviembre de 2024. Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, ha prometido implementar medidas aún más estrictas para frenar la inmigración indocumentada, incluyendo la deportación masiva de migrantes que ya se encuentran dentro del país.
Sin embargo, los datos muestran que, en la práctica, su primera administración no logró superar las cifras de deportaciones de gobiernos previos. Esto plantea dudas sobre la viabilidad de sus promesas de campaña y el verdadero impacto de sus políticas en la reducción de la inmigración ilegal.
Mientras tanto, la administración de Joe Biden ha enfrentado sus propios retos en materia migratoria, con un aumento significativo en el número de cruces fronterizos y nuevas estrategias para gestionar la crisis. La política migratoria seguirá siendo un tema de debate clave en los próximos meses, con ambos partidos buscando capitalizar el tema para atraer votantes en un contexto de creciente polarización.