Una investigación periodística reveló que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) invirtió 2 500 millones de dólares en dos centrales de ciclo combinado en Yucatán (Mérida IV y Valladolid IV) sin contemplar los gasoductos necesarios para su operación. Las plantas, completadas desde hace tiempo, siguen fuera de servicio, lo que ha obligado a depender de generadores diesel con contratistas improvisados que cobran millones al día .
Según informes, la CFE Energía contrató a una empresa recién creada para operar turbinas diesel, pagando 4.4 millones de pesos diarios por operación y 9.2 mdp diarios por combustible, lo que representa un costo mayor que si hubieran podido usar gas natural. El retraso en infraestructura pone en riesgo la confiabilidad eléctrica y compromete la reducción de tarifas esperada por millones de habitantes .