José Vargas.




Chinameca, Veracruz. — En una elección marcada por la desigualdad de recursos, la confrontación política y el uso intensivo de estructuras gubernamentales, Santiago “Chago” Cortés Padua, animador social y líder comunitario, logró una victoria sorpresiva al imponerse como presidente municipal de Chinameca, representando al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Su triunfo fue uno de solo dos obtenidos por este partido en toda la región sur de Veracruz, junto con la de Cirilo Vázquez Parissi en el municipio de Cosoleacaque.
Chago Cortés, ampliamente conocido por su cercanía con la población y su participación en eventos religiosos, sociales y comunitarios, se enfrentó a un escenario adverso: sin respaldo económico por parte del PRI, sin estructura partidista operativa y con una campaña sostenida únicamente por la solidaridad de vecinos, amigos y simpatizantes que cooperaban para solventar traslados, comidas y difusión de propaganda.
Mientras su adversario, Jesús “Chucho” Fernández, candidato de Morena y esposo de la diputada federal Magaly Armenta Oliveros, contó con el respaldo abierto de operadores del gobierno federal y la movilización de recursos provenientes de programas sociales, Chago realizó una campaña austera, caminando o movilizándose en motocicleta y vehículos prestados, muchas veces deteriorados.
Durante la contienda, Cortés Padua fue blanco de una intensa campaña de desprestigio que incluyó ataques personales a su esposa y a su madre, doña Luky, una mujer de la tercera edad conocida por su labor como consejera espiritual en la iglesia local. A pesar de estas agresiones, el candidato mantuvo una campaña basada en el contacto directo con la ciudadanía, sin confrontaciones ni promesas irreales.
En contraste, el equipo de campaña de Fernández organizó actos masivos que incluyeron distribución de barbacoa, cerveza y presentaciones musicales, destacando el cierre de campaña con la participación del artista local Juan Carlos Tapia “Paleto”. Según diversas denuncias ciudadanas, dichos eventos fueron presuntamente financiados con apoyo logístico de la Delegación del Bienestar en Veracruz, encabezada por Juan Javier Gómez Cazarín, quien habría operado abiertamente en favor del candidato de Morena.
No obstante, el pasado domingo, la ciudadanía de Chinameca se volcó a las urnas y dio una victoria contundente a Chago Cortés, quien obtuvo el triunfo en 20 de las 25 casillas electorales instaladas, dejando apenas cinco en manos de su adversario, principalmente en zonas rurales donde la presencia de programas sociales fue más marcada en los días previos a la votación.
Esta victoria representa un duro revés político para la diputada Magaly Armenta, quien durante años ha consolidado su poder en la región y buscaba extenderlo a través de la candidatura de su esposo. La derrota no solo cuestiona su influencia actual, sino también la efectividad del modelo de control territorial ejercido por algunos actores de Morena en el sur de Veracruz.
Con este resultado, el PRI, duramente golpeado a nivel estatal y nacional, apenas logró conservar presencia institucional en el sur del estado, asegurando únicamente dos municipios: Cosoleacaque, con Cirilo Vázquez Parissi, y Chinameca, con Chago Cortés Padua.
Sin antecedentes políticos formales ni estructura partidista, Chago Cortés asume ahora la presidencia municipal con el respaldo popular que lo eligió por ser “uno de los suyos”, pero también con enormes desafíos administrativos y expectativas altas. Su victoria no solo representa un cambio de gobierno local, sino también una advertencia clara al uso clientelar de los recursos públicos y al desgaste de las viejas formas de hacer política en el sur veracruzano