La mollera, conocida médicamente como fontanela anterior, es una zona blanda en la cabeza del bebé que permite el crecimiento del cerebro y facilita el parto. Su hundimiento puede ser un signo de alerta sobre problemas de salud que requieren atención médica inmediata.
🩺 Causas principales del hundimiento de la mollera
- Deshidratación: Es la causa más común y peligrosa. Ocurre cuando el bebé pierde más líquidos de los que ingiere, debido a vómitos, diarrea, fiebre o una alimentación inadecuada. Síntomas asociados incluyen labios secos, llanto sin lágrimas, pañales menos mojados y somnolencia.
- Desnutrición: Una alimentación deficiente puede llevar a una mollera hundida. La falta de nutrientes esenciales afecta el desarrollo físico y neurológico del bebé.
- Diabetes insípida: Esta rara enfermedad provoca una pérdida excesiva de agua a través de la orina, llevando a una deshidratación severa y, consecuentemente, al hundimiento de la mollera.
⚠️ Riesgos y complicaciones
Una mollera hundida no es una enfermedad en sí, pero indica condiciones que pueden ser graves si no se tratan a tiempo. La deshidratación severa puede causar convulsiones, daño renal o incluso poner en riesgo la vida del bebé. La desnutrición puede afectar el desarrollo cognitivo y físico.
✅ ¿Qué hacer si notas la mollera hundida?
- Consulta inmediata al pediatra: Es esencial para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
- Hidratación: Si se sospecha deshidratación, ofrecer leche materna o fórmula con mayor frecuencia. No se recomienda dar agua a bebés menores de 6 meses sin indicación médica.
- Evitar remedios caseros: Prácticas como “chupar la mollera” o colgar al bebé boca abajo carecen de fundamento médico y pueden ser peligrosas.
🧠 Prevención
- Alimentación adecuada: Asegurar una nutrición balanceada y suficiente para el bebé.
- Hidratación constante: Especialmente en climas cálidos o durante enfermedades.
- Revisiones médicas regulares: Permiten monitorear el desarrollo y detectar posibles problemas a tiempo.
La observación cuidadosa y la atención médica oportuna son clave para garantizar la salud y el bienestar de tu bebé.