La resequedad en la piel del rostro es un problema común que afecta a muchas personas, especialmente durante los meses fríos o en climas secos. Esta condición ocurre cuando la piel pierde su capacidad de retener agua, lo que provoca una textura áspera, descamación e incluso irritación.
Causas principales
• Factores climáticos: El frío extremo, el viento y la baja humedad.
• Productos inadecuados: Uso de jabones agresivos o productos con alcohol.
• Hidratación insuficiente: No beber suficiente agua puede afectar el nivel de hidratación de la piel.
• Enfermedades de la piel: Condiciones como la dermatitis atópica o la psoriasis pueden agravar la resequedad.
¿Cómo combatirla?
1. Hidratación diaria: Utiliza cremas humectantes adecuadas para tu tipo de piel, preferentemente aquellas con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o ceramidas.
2. Evita el agua caliente: Lávate la cara con agua tibia para evitar que se reseque aún más.
3. Usa protector solar: La radiación UV puede empeorar la resequedad. Aplica protector solar incluso en días nublados.
4. Incrementa la humedad en tu entorno: Un humidificador en casa puede ayudar a mantener la piel hidratada.
5. Evita exfoliaciones agresivas: Reduce la frecuencia de exfoliación y elige productos suaves.
Si la resequedad persiste o empeora, lo mejor es acudir a un dermatólogo, ya que podría ser un síntoma de una condición más grave. Cuidar la piel no solo mejora su apariencia, sino que también protege su función como barrera natural del cuerpo.