Comprar fruta ya cortada en el supermercado puede parecer una opción conveniente, pero expertos en nutrición y seguridad alimentaria advierten sobre los riesgos asociados a este hábito.
🧫 Riesgos sanitarios
Cuando frutas como el melón o la sandía se cortan, pierden su corteza, que actúa como una barrera natural contra bacterias y contaminantes del ambiente. Una vez abierta, la superficie expuesta se convierte en un ambiente favorable para la proliferación de microorganismos. Esto aumenta el riesgo de intoxicaciones alimentarias si no se conserva adecuadamente .
🧊 Condiciones de conservación
La temperatura y el tiempo de exposición son factores críticos. Si la fruta cortada no se mantiene refrigerada a temperaturas adecuadas, las bacterias pueden multiplicarse rápidamente, incluso en productos envasados. Además, la manipulación y el envasado en condiciones no óptimas pueden contribuir a la contaminación cruzada .
✅ Recomendaciones
- Preferir frutas enteras: Opta por comprar frutas enteras y córtalas en casa justo antes de consumirlas.
- Revisar el envase: Si decides comprar fruta cortada, asegúrate de que el envase esté intacto y que el producto se mantenga refrigerado.
- Consumir rápidamente: Una vez abierto el envase, consume la fruta en un plazo corto para minimizar riesgos.
Siguiendo estas recomendaciones, puedes disfrutar de los beneficios de la fruta sin comprometer tu salud.
