La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su satisfacción por la reducción del impuesto a las remesas en Estados Unidos del 5% al 3.5%, aprobada por la Cámara de Representantes como parte del plan fiscal del presidente Donald Trump. Sin embargo, reiteró su compromiso de continuar trabajando para eliminar completamente este gravamen, al considerarlo discriminatorio y perjudicial para las familias mexicanas que dependen de estos recursos.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum agradeció el esfuerzo conjunto de funcionarios mexicanos y legisladores en Washington, destacando la labor del embajador Esteban Moctezuma. A pesar de este avance, enfatizó que el gobierno mexicano seguirá dialogando con senadores republicanos y demócratas para exponer las razones por las cuales este impuesto no es beneficioso para ninguna de las naciones involucradas.
La mandataria subrayó que las remesas son una fuente vital de ingresos para México, superando incluso a las exportaciones agrícolas, turísticas y petroleras, con más de 64.745 millones de dólares recibidos en 2024. Además, señaló que un 52% de los beneficiarios vive en zonas rurales marginadas, por lo que cualquier gravamen adicional afectaría directamente a las comunidades más vulnerables.
El proyecto fiscal aún debe ser aprobado por el Senado estadounidense. Mientras tanto, Sheinbaum reafirmó su compromiso de defender los intereses de los migrantes mexicanos y sus familias, asegurando que continuará trabajando para que no se impongan impuestos a las remesas enviadas desde Estados Unidos.