El trastorno bipolar, anteriormente conocido como trastorno maníaco-depresivo, es una enfermedad mental crónica que provoca cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y la capacidad para llevar a cabo las actividades diarias. Estos cambios se manifiestan en episodios de manía (euforia o irritabilidad) y depresión (tristeza o desesperanza), que pueden durar días o semanas.
🧠 Tipos de trastorno bipolar
Existen varios tipos de trastorno bipolar, cada uno con características específicas:
- Trastorno bipolar tipo I: Se caracteriza por episodios maníacos que duran al menos siete días o por síntomas maníacos que requieren hospitalización inmediata. Los episodios depresivos también son comunes y suelen durar al menos dos semanas.
- Trastorno bipolar tipo II: Implica un patrón de episodios depresivos e hipomaníacos, sin llegar a episodios maníacos completos.
- Ciclotimia: Incluye períodos de síntomas hipomaníacos y depresivos que no cumplen con los criterios diagnósticos completos para episodios hipomaníacos o depresivos.
⚠️ Síntomas comunes
Los síntomas varían según el tipo de episodio:
- Episodio maníaco:
- Estado de ánimo elevado o irritable.
- Aumento de la actividad o energía.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Habla rápida y pensamiento acelerado.
- Sensación de grandiosidad o autoestima inflada.
- Comportamiento impulsivo o imprudente.
- Episodio depresivo:
- Tristeza persistente o sensación de vacío.
- Pérdida de interés en actividades.
- Cambios en el apetito o el peso.
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
- Dificultad para concentrarse.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
🩺 Tratamiento y manejo
El tratamiento del trastorno bipolar es continuo y puede incluir:
- Medicamentos: Estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y, en algunos casos, antidepresivos.
- Psicoterapia: Terapias como la cognitivo-conductual ayudan a manejar los síntomas y a desarrollar estrategias de afrontamiento.
- Educación y apoyo: Informar al paciente y a su entorno sobre la enfermedad mejora la adherencia al tratamiento y la calidad de vida.
- Estilo de vida saludable: Mantener rutinas regulares de sueño, alimentación y ejercicio físico puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo.